Las puertas de muchas ciudades son lugares emblemáticos en la cultura. La puerta de Brandeburgo en Berlín o la de Damasco en Jerusalén han visto pasar los grandes acontecimientos de la historia. Por eso en estos artículos de Brea hoy hablamos de la puerta de nuestro pueblo. La puerta de Brea.
Como ya habrá podido imaginar el lector, la mayoría de las puertas famosas parecen estar en una ciudad que no es la suya. Y la razón es sencilla, las puertas eran el inicio de caminos y vías de comunicación que se dirigían a esas ciudades que sí se llamaban como la puerta. De ahí que Madrid tenga una puerta de Alcalá y Alcalá una de Madrid. Por esta razón no encontraremos la puerta de Brea en Brea, si no en la villa amurallada más cercana. Mondéjar.
En el siglo XV la nobleza empezó a adquirir tal poder que, en ocasiones, como pasó durante el reinado de Enrique IV, hicieron sombra a la corona. Una actitud que la nueva reina, Isabel la Católica, no iba a permitir. Derribando torreones y desmochando castillos limitó el poder militar de la nobleza y de ahí que Mondéjar perdiese su castillo.
Es en ese momento cuando parece que aquellas ruinas sirvieron de cantera para embellecer la villa creándose nuevos edificios privados (como el palacio de los marqueses) y obras públicas como el acceso a la villa desde el sur, la puerta de Brea. No era la única puerta, de hecho, estaba también la puerta este, llamada puerta de la villa, o puerta de Almoguera,mientras que la puerta sur por ser el inicio del camino de Brea adoptó su nombre.
Lamentablemente en la actualidad está casi desaparecida pero podemos hacernos una idea de cómo era. En la confluencia de la calle de la Fragua y la avenida de Castilla la Mancha aún podemos ver junto a la manzana que ocupaba el palacio, el arranque de un arco de medio punto peraltado, de cuya ornamentación todavía se aprecia una cornisa de gola (o cima recta) con una pequeña decoración geométrica. Estas pistas nos hablan de un posible aspecto renacentista semejante al resto de obras artísticas que se estaban haciendo en ese momento.
Otro detalle interesante es apreciar como la calle de la Fragua se ensancha en las cercanías de la puerta de Brea, esto pudiera ser una solución pensada por si dos carros coincidían entrando y saliendo de la villa,pudiendo así esperar uno y avanzar el otro. No podemos hablar de una puerta monumental, pero tampoco podemos restarle la importancia histórica, la puerta de Brea seguramente fue testigo del paso del Empecinado y otros tantos episodios históricos que hoy se nos escapan pero que demuestran una vez más el hueco que nuestro pueblo ocupa en la historia.

Yo como breano me encanta recordar cada recuerdo e historia fotos de mi pueblo gracias por este blok