Parece contradictorio que en un museo dedicado a las antigüedades tenga cabida un ordenador, pero así es. El Museo Arqueológico Nacional sorprende a sus visitantes con una pieza única, no solo en su colección si no en todas las colecciones del mundo, pues el objeto del que nos ocupamos hoy no tiene parangón en otras salas, es sencillamente una pieza única en el mundo.

Los huesos de Neper (Naiper)

Antes de nada convendría aclarar qué es un ordenador. Entendiéndolo como computadora y por lo tanto máquina para hacer cálculos veremos que un simple ábaco podría ser un ordenador, quizá el más simple de todos. Hoy, nos centramos en un ábaco un tanto especial pues al ser datado en el siglo XVII compila todo el saber renacentista y barroco en las ciencias exactas. A primera vista parecería un joyero o un pequeño mueble fabricado en madera de palosanto, reforzado con latón y decorado en marfil. Su interior por el contrario alberga una serie de cajones donde se guardan pequeñas piezas de marfil, llamadas varillas, con unos diminutos números grabados. Precisamente estas piezas fueron conocidas durante siglos como «los huesos de Neper (Naiper)» una la pista fundamental para entender que se trata de un ábaco neperiano.
El creador de este pequeño ordenador fue John Naiper (Edimburgo, 1550-1617)
El mismo, colocando las varillas en determinadas posiciones logró hace complejas operaciones matemáticas. (Adjunto un video al final del artículo para que veáis como funciona). Al ser descrito en su libro Rabodologiae los ábacos neperianos se popularizaron en el siglo XVII entre los matemáticos más distinguidos de Europa, quienes se dividieron en las dos modalidades existentes de ábacos neperianos: el ábaco promptuario y el rabdológico. Y he ahí la importancia del ábaco de Madrid, pues contiene los dos modelos.
Además de su importancia científica, tiene un periplo histórico realmente interesante, pues como demuestra su decoración fue diseñado para el Monasterio del Escorial, aunque no se sabe con certeza a quién estaba destinado.

En el siglo XVIII entre 1711-1715 fue incautado por el rey Felipe V a Juan Francisco Pacheco Téllez Girón, IV duque de Uceda por cambiar de bando en la guerra de sucesión. Es entonces cuando desde las colecciones reales pasaría a formar parte del actual Museo Arqueológico Nacional donde podemos observarlo en la actualidad.
Interesantisimo…como nos tienes acostumbrados
He ido como tres veces al Museo y no recuerdo está pieza. Me ha parecido fantástica.