Pocos bandidos han tenido más predicamento en Madrid que Luis Candelas hasta tal punto de haberse convertido en toda una leyenda pero, ¿hasta qué punto su historia es real y dónde empieza la leyenda?

El bandido madrileño Luis Candelas ¿realidad o leyenda?
Mitificado hasta el extremo, su figura ha protagonizado coplas (como la de Rafael de León o películas como Luis Candelas, el ladrón de Madrid con Alfredo Mayo encarnando al delincuente), novelas, biografías, pliegos de cordel y todo tipo de obras teatrales en las que se distorsiona hasta el extremo la figura histórica de este bandido madrileño. En Conocer Madrid, le hemos dedicado un capítulo a revisar sus hazañas, mitos y realidades en un capítulo que no te puedes perder. Si quieres ver ya el vídeo pincha en la imagen:

Mapa interactivo con los puntos de Madrid donde se desarrollaron las principales fechorías de Luis Candelas:
Sin embargo, Luis Candelas ha dejado huellas suficientes como para seguirle la pista en los documentos coetáneos a sus andanzas.
Sin ir más lejos, en el Archivo Histórico Nacional se conserva la documentación relativa a su robo más famoso: el de la modista Vicenta Mormin. En el mes de julio de 2019 el Archivo Histórico Provincial de Segovia expuso un documento datado en 1825 en el que aparece la firma de un curioso testigo: Luis Candelas. Se sabe que por aquel entonces Luis Candelas tenía cuentas pendientes con la justicia y es muy probable que aquel firmante de excelente caligrafía fuese el hoy famosísimo bandido madrileño.

Las pistas de su paso por los tribunales las encontramos en la Biblioteca Nacional de España donde se conserva un ejemplar del Diario Balear del 2 de mayo de 1824. En él se da buena cuenta de un joven de 19 años llamado Luis Candelas “natural de Madrid” al que se condena a “seis años de obras públicas” por el robo de dos caballos y una mula. Se dice que Candelas fue el autor de esta fechoría o que por lo menos fue vehementemente sospechoso de serlo.
La prensa de Madrid estaba fascinada con Luis Candelas
Años más tarde, el 11 de abril de 1833, Candelas vuelve a aparecer en la prensa. En concreto en primera plana del Diario de Avisos de Madrid. En el que se le menciona en estos términos:
“Por D. Luis María de la Llama, capitán de caballería, y fiscal de la Comisión militar ejecutiva y permanente de Castilla la Nueva, se ha publicado el siguiente edicto: “Habiéndose ausentado de esta plaza el paisano Luis Candelas, a quien estoy procesando por creérsele cómplice en cierto robo, usando de la jurisdicción que el Rey nuestro Señor tiene concedida en estos casos a los oficiales de su ejército, por el presente cito, llamo y emplazo por tercer edicto al referido Luis Candelas, para que se constituya personalmente a dar sus descargos en la real cárcel de Corte dentro de tres días, contados desde esta fecha, que por último plazo le señalo con arreglo al art. 14 del real decreto de 19 de marzo de 1831; bajo el concepto que si no lo hiciese se seguirá la causa sin más citarle ni emplazarle, y la pasará entero por juicio.”

La captura del bandido madrileño Luis Candelas
Al año siguiente, en 1834, La Revista Española, en su edición del 4 de octubre, vuelve a mencionar a Candelas como uno de los detenidos que, según el Boletín oficial de Zamora, habían sido capturados por el superintendente general de la policía. Se añade además a esta noticia una frase que hace indudable reconocer a ese Luis Candelas como el delincuente madrileño:
“No hay uno que llegue a 40 años, ni que pase de 34, Los hay de 17 ¿No es admirable una juventud alimentada con tan buenos principios y que tan temprano figura de esta suerte en los papeles públicos?”
Dos años después, en 1836 vuelve a mencionarse a Candelas en El Español, concretamente en su edición del 24 de julio, donde se dice:
“En la mañana del 23 ha sido trasladado desde la cárcel de Villa a la de Corte a Luis Candelas, célebre por sus delitos y las veces que ha sido condenado ya por los tribunales. Su causa está para sentenciarse y se teme mucho que llegue ahora a espiarlos todos en el último suplicio.”
Luis Candelas moldeó su propia leyenda para ganar ventajas
Sin duda, cuanto más cercano es su final, más aumentan las noticias de Candelas, convirtiéndose en todo un fenómeno mediático. El Constitucional que se publicaba en Barcelona le menciona en su edición del 9 de septiembre de 1837, y el Eco del Comercio hace lo propio el 5 de noviembre y El Castellano. Un día antes había insistido ya en el interés que estaba suscitando la deliberación del juicio dada la pericia del abogado defensor, Juan José Navarro, y la forma de expresarse de Candelas que habló como “unos veinte minutos”.
En el Eco del Comercio se añadió un detalle clave en la vida del famoso ladrón, y es una especie de discurso que a modo de súplica expone a la reina María Cristina de Borbón en un último intento por lograr el indulto.

“Señora:
Luis Candelas, condenado por ladrón a la pena capital por la audiencia territorial, a V. M. desde la capilla acude reverentemente, señora, no intentará contristar a V. M. con la historia de sus errores ni la descripción de su angustioso estado próximo a morir, solo implora la clemencia de V.M. a nombre de su augusta hija, a quien ha prestado servicios y por quien sacrificaría gustoso una vida que la inflexibilidad de la ley cree debida a la vindicta pública y a la expiación de sus errores.El que expone, Señora, es acaso el primero en su clase que no acude a V. M. con sus manos ensangrentadas; su fatalidad le condujo a robar, pero no ha muerto herido ni maltratado a nadie; el hijo no ha quedado huérfano, ni viuda la esposa, por su culpa.
¿Y es posible, señora, que haya de sufrir la misma pena que los que perpetran estos crímenes? Ha combatido señora por la causa de vuestra hija ¿Y no le merecerá una mirada de consuelo? Ah señora, esa grandiosa prerrogativa de ser árbitra en este momento de su vida, empleadla con el que ruega próximo a morir. Si los servicios que prestaría si V. M. se dignase perdonarle son de algún peso, creed, señora, que no los escaseará. Si esta exposición llega a vuestras manos ¿Será posible que no alcance gracia de quien tantas ha dispensado? A V. M. señora con el ausía del que sabe a la hora que va a morir, ruega encarecidamente le indulte de la última pena, para pedir a Dios vea V. M. tranquilamente asentada a su augusta hija sobre el trono de sus mayores. Capilla de la cárcel de Corte a 4 de noviembre de 1837 a las doce de su mañana.
Diarios como el Eco del Comercio confirman que Candelas imploró ante la reina María Cristina de Borbón justo antes de morir.
Este texto nos muestra a un personaje con gran dominio de la retórica, tratando de buscar los puntos débiles de la clemencia, aludiendo continuamente a la reina en su papel de madre y mezclando argumentos posiblemente ciertos (como era el no derramamiento de sangre) con el incumplimiento arbitrario de la ley.
Sobra decir, que el indulto nunca llegó, pero estas palabras, posiblemente las únicas conservadas de Candelas, nos transmiten parte de lo que la leyenda nos ha contado, un personaje embaucador, con gran dominio de la palabra y con la suficiente templanza como para elaborar un discurso perfectamente estructurado estando prácticamente a los pies del patíbulo.
Es más, en estas líneas se entrevé un detalle que posteriormente ha sido magnificado por criminólogos como José Vicente Caravantes quien atribuyó a Luis Candelas el haber destapado un motín carlista en sus Causas célebres.
Quizá sea una conclusión exagerada pero es interesante ver cómo el reo insiste reiteradamente en haber servido a la causa de la reina. Es de imaginar, que semejante pretexto podría ser corroborado si la reina le hubiese indultado para pedirle luego las pertinentes explicaciones, pero desde luego es algo que nunca sabremos ¿Hasta donde llegó la implicación política de Candelas?
El 6 de noviembre de 1837 cuando la sentencia ya era inapelable el Diario de Madrid, lo dejó claro anunciando la ejecución de Candelas en primera página, con algunos fallos, como afirmar que tenía 29 años en lugar de 33 pero en líneas generales se expone lo dispuesto por la Audiencia Territorial de Madrid.
Las últimas palabras de Luis Candelas, ejecutado en la Puerta de Toledo de Madrid
En periódicos del día siguiente como La Estafeta, vemos incluidas las últimas palabras que algunos historiadores han puesto en duda y que según este periódico fueron las siguientes:
“He sido pecador como hombre, pero nunca se mancharon mis manos con sangre de mis semejantes, digo esto porque lo oye el que va a recibirme en sus brazos. Adiós patria mía, sé feliz.”
Tras la muerte de Luis Candelas, podríamos seguir su estela durante la detención de uno de sus compinches, Francisco Villena, también conocido como Paco el Sastre. Al ser capturado los medios de comunicación, rememoran a Luis Candelas en términos laudatorios, alabando su elegancia y generosidad.
Es posiblemente ahí cuando comience el mito.
Al poco de su muerte los diarios de la época engarzan el nombre de Candelas a términos como “Los misterios de Madrid”. Sencillamente vinculado a obras de ficción como Por amor y por dinero, una aventura de Luis Candelas, un “juguete cómico” tal como se describe añade un punto más de desenfoque a la figura histórica apenas una década después de su ejecución.

Conocer Madrid: Luis Candelas
Estrenamos el primer capítulo sobre Luis Candelas en mi canal de YouTube Zorituras. ¡Dale al play para verlo! Si te ha gustado su historia y quieres saber más, contáctame o deja tu comentario más abajo para poder responderte. ¡Tenemos muchas más historias que contarte!
Miguel Zorita Bayón.
Lo que me faltaba por ver… Apología de la delincuencia. No sé porque no me extraña viniendo por parte de un tipejo como el que escribe.