El Museo del Prado está lleno de paisajes madrileños, fondos y escenas en los que Madrid se vuelve protagonista. También es sabido que diversas instituciones de la capital cuentan con obra del Prado Disperso, por lo cual, solo nos quedaba ofrecer un breve recorrido por los pintores madrileños en el Museo del Prado.
CONOCER MADRID: Madrid en el Museo del Prado
La inmensa colección que alberga el Museo del Prado lo convierte una fuente inagotable de sorpresas. Sus paredes y fondos cuentan con infinidad de obras desconocidas pintadas por madrileños de pura cepa que han venido a crear la llamada escuela madrileña, un estilo particular dentro del barroco en el que se encuadran grandes artistas que han sido conocidos por su talento, pero no tanto por su ciudadanía. En este capítulo de la serie CONOCER MADRID, podrás ver a varios cuadros vinculados e la ciudad de Madrid, como el Fusilamiento del 3 de Mayo, La Carga de los Mamelucos (los dos de Francisco de Goya) e incluso un análisis sobre la instancia de Las Meninas de Diego de Velázquez. ¿Es un reflejo en el espejo lo que vemos a una estancia verdadera? En los comentarios del vídeo podrás dejarme tu punto de vista.
Una selección de cuadros de pintores madrileños que se encuentran en el Museo del Prado
Pero al margen de poder ver los pedacitos de la ciudad de Madrid que hay en los cuadros del museo del prado, tenemos una colección de pintores madrileños únicos de los que he creado una selección que para mí representan ese talento único característico de la ciudad de Madrid:
Las estrecheces económicas al tenerse que hacer cargo de sus hermanos huérfanos hizo de Félix Castelo un continuo pretendiente al cargo de pintor real. Y aunque su maestro Vicente Carducho hizo todo lo posible, tuvo la mala fortuna de coincidir en tal pretensión con el joven Diego de Velázquez.

No obstante, trabajó en distintas dependencias reales como el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, así como el encargo de cinco paisajes de los reales sitios, incluso, ocho retratos de reyes para el Salón Nuevo del Real Alcázar. Obras estas dedicadas a la corona que terminarían pasando a formar parte de la colección permanente del Museo del Prado.

Sus encargos fueron principalmente religiosos y obra de Antonio Arias Fernández la encontramos en el convento de las Carboneras, en el monasterio benedictino de Montserrat convento de madres mercedarias de don Juan de Alarcón.
Sin embargo, quizá su obra más conocida se un retrato de Carlos V y su hijo Felipe II. Hoy día depositado en el Museo de la Historia de Madrid, pero perteneciente al Museo del Prado.

Esta ingente producción de obras se debe según el ya citado Palomino a la participación de su mujer en el taller, tanto es así que según parece era ella quien gestionaba los encargos admitiendo todo tipo de precios. Esto, lógicamente, propiciaba un sinfín de pedidos muchas veces llevados a cabo por los discípulos principiantes que Del Arco sencillamente retocaba pero que pasaban a la historia como suyos, de ahí que su calidad técnica hoy día resulte tan dispar.

Lo cierto es que pese a haber cultivado numerosos géneros (el retrato, el paisaje, el retrato de grupo, las clases populares o el tema religioso) su carrera se truncó con su precipitada muerte. También como en muchas otras escuelas en la madrileña también hay sagas de pintores. Miembros de una familia que además de compartir apellido tuvieron el mismo taller siendo una continuidad de estilos.

En España siguió dando buena muestra de su arte con la pintura al fresco y así nos le encontramos en 1753 colaborando en la pintura de los muros de la Iglesia del Real Monasterio de la Encarnación de Madrid.
Cuatro años más tarde ya era pintor del rey y como tal decoró el techo de la antecámara de la Reina en el Palacio Real, para finalmente ser nombrado director de la Academia de San Fernando. Lo que le permitió formar parte de los pintores que trabajaban para la corte.
Trabajó el resto de su vida junto con Francisco Bayeu y otros pintores en la elaboración de tapices para Real Fábrica de Tapices. De los cartones que Antonio González Velázquez realizó para esta institución buena parte son conservados en el Museo del Prado, pero también el Museo Cerralbo conserva dos curiosos lienzos de pequeñas dimensiones.

Allí lógicamente tendría grandes maestros como Mariano Salvador Maella. Y su padre Antonio González Velázquez del que no solo heredó el talento si no también el título de director de la Real Academia de San Fernando.

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