¿Cuántas veces hemos oído la expresión “de Madrid al cielo”? Lo que no todo el mundo sabe es que allá, en el cielo, hay un trocito de Madrid, bueno en realidad… un trozo bastante grande como ahora veremos. ¡Sigue leyendo!

El primer madrileño en vivir en Adrómeda: El planeta Majrití
Por “el cielo” se puede entender la corte celestial, el paraíso, la vida eterna… pero no nos vamos a ocupar nosotros de territorios divinos sino de otros más siderales, porque hoy viajamos a la constelación de Andrómeda.
Allí, a 44 años luz de Madrid hay un madrileño. Es decir, que en mitad del cosmos, a más de cuatrocientos billones de kilómetros de la tierra (416.272.140.793.555,2 km. para ser exactos) existe alguien o algo que puede ostentar el título de madrileño.
Se trata de un planeta: el planeta Majrití, que literalmente significa madrileño y que viene a homenajear a uno de nuestros mejores astrónomos, el andalusí Máslama Al-Majriti (o Al-Mairití). Llamado así porque era de Mairit (el término islámico con el que se conocía a nuestra ciudad).
Mairití o Majrití es el gentilicio islámico de Madrid
Este prestigioso astrónomo medieval fue homenajeado por el proyecto NameExoWorlds dedicado a bautizar estrellas y planetas más allá de nuestro Sistema Solar. De esta manera, el 15 de abril de 1999 el astrofísico Geoffrey William Marcy descubrió un nuevo planeta que 16 años después fue denominado Majrití en recuerdo del célebre madrileño.

Mientras tanto, el planeta fue conocido como Upsilon Andromedae d, ya que orbita entorno a esa estrella, Upsilon Andromedae, aunque también este astro tiene otro nombre, Titawin A.
El sol del planeta Majrití se llama Titawin y convive con Saffar, Samh y Titawin e
Por aclarar términos, podríamos decir que en la constelación de Andrómeda hay un sol que se llama Titawin A entorno al que gira un planeta llamado Majrití. Pero ese mundo, es muy diferente al nuestro. La vida en Majrití, (si es que existe) se encuentra en un terreno límite, pues el planeta está en el extremo de la zona habitable de ese sistema solar. De los otros tres planetas que lo componen, Saffar está demasiado cerca de su sol, el siguiente, Samh, tiene una órbita tan excéntrica que dificulta mucho la continuidad de la vida y el último, Titawin e, se aleja demasiado de la zona de habitabilidad. Majrití ocuparía la tercera posición y por lo tanto la situación más apta para la vida.

El planeta Majrití rejuvenece
El planeta madrileño es casi cuatro veces más masivo que Júpiter y sus años duran 1290,1 días. Es decir, que mis 35 años terrícolas se convertirían en menos de 10 años madrileños. Ideal para sentirnos más jóvenes. Además, otra de las facilidades en el planeta Majrití es ponerse moreno, pues el sistema solar en el que se encuentra tiene la peculiaridad de ser binario, es decir, que tienen dos soles Titawin A y Titawin B, lo que sitúa a los planetas entremedias de aquellos astros.
1 año en Majrití equivalen a 3 años y medio de la Tierra
También se conjetura con que al margen de los dos soles, Majrití podría tener alguna luna cuyo tamaño podría ser igual o mayor que Marte, e incluso tales lunas podrían ser también propicias para la vida.
Por otro lado, y aunque existen ciertos indicios para considerarlo un planeta habitable hay algunos inconvenientes en aquel mundo. En Majrití no solo estaríamos más morenos y con menos años que en la Tierra, también pesaríamos más. De nada serviría ponernos a dieta allí, sabiendo que su gravedad a nivel de superficie es diez veces mayor que en la Tierra.
Un mundo al que solo nos podemos acercar con la imaginación y la ciencia, conjeturando mientras miramos sobre nuestras cabezas, si allá en el planeta madrileño también habrá vida.
Gracias Miguel por descubrirnos una célebre figura astronómica madrileña, que falta nos hace sentirnos orgullosos de nuestras raíces.